Volviendo a mi sección BIO, hoy os voy a hablar de la calabaza cacachuete.
Un producto que aunque podemos encontrarla durante todo el año, es ahora en otoño, cuando comienza a estar en su mejor momento.
Un producto que aunque podemos encontrarla durante todo el año, es ahora en otoño, cuando comienza a estar en su mejor momento.
Con forma de pera, piel fina si se compara con otras calabazas, pero gruesa si se compara con calabacines. De color crema anaranjado, es muy apreciada por varios motivos, por su textura cremosa, su sabor dulce (que nos recuerda a la nuez) y por su riqueza en vitaminas A y C, en beta-caroteno, magnesio, manganeso, potasio, calcio, fibra, ácidos grasos omega 3 y 6.
Podéis comerla horneada, frita, cocida, asada y utilizarla para vuestros zumos, licuados, batidos, purés, guisos... Pero lo mejor de todo es que podemos aprovechar todo de la calabaza cacahuete, ya que la piel cocinada también se puede comer y las pipas son un complemento alimenticio que podemos tostar e incorporar en múltiples recetas o comer como un tentempié.
A parte de cuidar mi alimentación incorporando productos saludables, ricos y ecológicos, confieso que la calabaza cacahuete se ha vuelto imprescindible en mi cocina, a parte de por su diversidad culinaria porque creo que nos aporta innumerables beneficios, tales como:
- Combatir la anemia
- Desintoxicación de nuestro organismo
- Piel radiante por sus altos componentes antioxidantes
- Ayuda a la contracción y relajación de la musculatura
- Baja en fibra y grasa
- Alto contenido en agua.
CREMA DE CALABAZA.
Ingredientes: para 4 – 6 personas
- Una calabaza cacahuete mediana (como la de la foto) o un pedazo grande de calabaza común (aproximadamente kilo y medio de calabaza ya pelada)
- 3 cebollas
- Un puerro
- Una patata grande
- Agua
- Aceite de oliva
- Sal
Elaboración:
Para comenzar pelamos y quitamos las semillas y los hilos a la calabaza y la troceamos.
Ponemos una olla al fuego con un chorrito de aceite de oliva. Mientras se calienta el aceite vamos pelando y troceando las cebollas. Las añadimos a la olla a fuego fuerte (sin pasarnos) para que se vaya pochando y mientras vamos troceando el puerro y se lo agregamos a la cebolla.
Dejamos que se poche un poco la verdura y seguidamente añadimos la calabaza a la olla y la doramos ligeramente para que coja algo de sabor.
A continuación pelamos, lavamos y troceamos la patata y la agregamos a la olla.
Por último añadimos agua hasta casi llegar a cubrir y tras coger un hervor, bajamos un poco el fuego y dejamos que se vaya cocinando poco a poco.
Podéis aprovechar como bien os he dicho antes, las semillas para preparar un aperitivo sano y hecho en casa. Sólo tenéis que lavarlas un poco, secarlas bien con una servilleta y ponerlas a tostar en una sartén añadiendo tan sólo una pizca de sal. Se pelan y se comen igual que las pipas de girasol que estamos acostumbrados a comer. Si no las habéis probado, animaros porque están muy buenas. Además nos sirven para decorar nuestro plato.
Cuando ceno, un cocinero
Me parece un ser divino
Que al fondo de su cocina
Gobernara el mundo entero
Contemplémosle aquí abajo
Cual ministro celestial
Pues la cocina es un templo,
Sus fogones el altar
Me parece un ser divino
Que al fondo de su cocina
Gobernara el mundo entero
Contemplémosle aquí abajo
Cual ministro celestial
Pues la cocina es un templo,
Sus fogones el altar
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