Un proverbio oriental dice: “Nadie pone más en evidencia su torpeza y mala crianza, que el que empieza a hablar antes de que su interlocutor haya concluido”.
El don de prestar atención es una clave fundamental para transformar nuestras relaciones, porque escuchar con atención, permite que las demás personas se sientan realmente escuchadas, valoradas...
Si otorgamos este tipo de atención, no solo empezaremos a notar un cambio en nuestro interior, sino que aprenderemos de esas personas y de nosotros mismos, que es lo más importante. Cuando alguien te devuelve el regalo de ser escuchado te das cuenta de la gran importancia que tiene... algo tan sencillo.
"La realidad de la otra persona no está en lo que te revela, sino en lo que no puede revelarte, por lo tanto si quieres entender a esa otra persona no escuches lo que dice, sino lo que calla".- Gibran Kahlil
En este mundo que vivimos, muchas veces el impulso de ser escuchado nos lleva a hablar en exceso, para que nos valoren, acepten, perciban... Estamos tan ocupados muchas veces planeando lo que vamos a decir, tan impacientes por dar nuestro punto de vista, que nos perdemos lo que nos estaban comunicando.
Cuando alguien nos escucha, no nos interrumpe, sino que espera con paciencia a que terminemos de hablar e incluso el hecho de que nos pregunte por algo que hemos dicho, nos confirma que su mente no esta pensando en algo más, sino que está involucrado en nuestra conversación.
"Lo que eres habla tan fuerte, que no puedo escuchar lo que dices".- Ralp Waldo Emerson
Si escuchamos a nuestro corazón podemos sentir las emociones detrás de las palabras que se dicen o se callan. Y es que, en muchas ocasiones, las personas no necesitan una respuesta, simplemente quieren contar algo que están viviendo en su interior y sino sabemos escucharles, no sabremos cuando tenemos que decir algo o simplemente recibir sus palabras, sin juicio alguno.
Así que, aunque sea un acto difícil, comencemos a dominarnos e implicarnos con atención, comprensión y esfuerzo para captar el mensaje del otro.
Así que, aunque sea un acto difícil, comencemos a dominarnos e implicarnos con atención, comprensión y esfuerzo para captar el mensaje del otro.
Hablar es una necesidad, escuchar es un arte (Goethe)
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