No es hablando, sino escuchando y prestando atención como se entiende a la gente. Si aprendemos a escuchar entenderemos mucho mejor el punto de vista de cada persona, de su forma de pensar, de sentir y por supuesto de actuar.
La mayoría de las veces que mantenemos una conversación, no escuchamos, solo nos dedicamos a pensar en nuestra respuesta, en rebatir lo que nosotros queremos responder, en dar nuestra versión de lo que creemos o sentimos, soltar todo aquello que pasa por nuestra mente, sin dedicar nuestros minutos a respetar lo que la otra persona esta diciendo, porque escuchar, a día de hoy, creo que es un bonito acto de generosidad.
Pensaréis que es difícil, pero yo os digo que no imposible, solo se trata de respetar a quien tiene la palabra, porque hay una gran diferencia entre "escuchar" y "oír".
Escuchar significa "prestar atención a lo que se oye", mientras que oír significa "percibir con el oído los sonidos", lo que normalmente hacemos es oír lo que nos están contando sin interpretar lo que nos están diciendo.
Y no escuchamos porque:
Pensaréis que es difícil, pero yo os digo que no imposible, solo se trata de respetar a quien tiene la palabra, porque hay una gran diferencia entre "escuchar" y "oír".
Escuchar significa "prestar atención a lo que se oye", mientras que oír significa "percibir con el oído los sonidos", lo que normalmente hacemos es oír lo que nos están contando sin interpretar lo que nos están diciendo.
Y no escuchamos porque:
- Comparamos o nos comparamos.
- Hacemos suposiciones.
- Preparamos la próxima respuesta
- Solo estamos interesados en parte de la información.
- Juzgamos, etiquetamos y prejuzgamos.
- Pensamos en otras cosas.
- Damos consejos, cuando en ocasiones lo único que debemos hacer es ESTAR, para coser alas y besar cicatrices.
- Discutimos o buscamos desacuerdos.
- Cambiamos de tema.
- O solo estamos pendientes de agradar.
Al pensar solo en nosotros mismo, perdemos la complicidad con nuestro interlocutor en ese momento. Hay un dicho que me encanta: Los grandes sabios escuchan, no solo hablan... y es que..
Oír es precioso para el que escucha
Si queremos que nuestras relaciones funcionen (hogar, trabajo y en la vida en general), escuchar debe ser nuestra prioridad, mientras nos hablan podemos concentrarnos en sus palabras y emociones, poniendo toda nuestra atención en quién nos habla y olvidándonos de nosotros, de nuestros móviles, de todo aquello que nos pueda distraer... guardar silencio es una sabia actitud.
Pongamos actitud a partir de ahora y comencemos a ESCUCHAR, si conseguimos en nuestro día a día llevar la intención de intentarlo, poco a poco se convertirá en un hábito.
INTENCIÓN= ACTITUD= LOGRO
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