El placer de viajar si va unido con el placer de compartir, es un lujo.
Soy de las que piensan (siempre lo digo) que cada nuevo destino es único y hay que estar abierto, a llenarse de la belleza que desprende cada ciudad, porque cada minuto cuenta, cada momento te aporta volver con nuevas sensaciones. Las comparaciones NUNCA fueron buenas.
Una vez leí, que el "paraiso" no es un lugar, es un sentimiento y estoy totalmente de acuerdo. No hay mayor responsabilidad con la vida que escuchar tus sueños y ahí ando yo, despacito, sin prisa, dejándome llevar unas veces por mi intuición y otras por mi corazón, en ir llenando las páginas de mi vida, con el espacio dedicado a #coolseinetravels o lo que es lo mismo... COOLSEINE POR EL MUNDO.
Oporto que bonita eres. Una ciudad con un estilo especial y arrebatador, que te atrapa nada más llegar y que se encarga de cuidarte mientras estas en ella. Mirase donde mirase solo veía fotos, fotos... era un viaje que tenía ganas de realizar y que mejor momento que en los días de Semana Santa.
No me va a dar por recomendaros ver los típicos sitios, porque esos son fáciles de encontrar en google y también porque soy de las personas a las que le gusta dejarse llevar sin patrones, ni obligaciones, para que la ciudad es sí misma haga de mi guía mucho más que un mapa turístico o unas recomendaciones. Un claro ejemplo en esta ciudad, visitar "Cafe Majestic" para desayunar o tomar un café... No iba a ser yo la que para hacerlo se tirará una hora haciendo cola, no va conmigo (sobretodo cuando disponemos de días limitados). Quizás porque sé que por hacerlo, nos perdemos otros lugares que no son recomendadosy que también tienen su historia y encanto... es lo que tiene dejarse llevar, que te lleva a DESCUBRIR por ti solo. En la elección está el gusto y en cada uno el derecho de elegir lo que más le apetece, por eso lo que prevalece en estos casos es... el respeto, divertirse y disfrutar.
Y puedo decir que Oporto y yo hemos disfrutado mucho de esta experiencia. Nos hemos conocido, hemos charlado, hemos caminado juntas... hemos en una palabra: conectado.
Me sorprendió la cantidad de españoles que nos reunimos en esos días, de hecho llegué a pensar que nos habían prestado Oporto para todos nosotros, así que como buenas costumbres españolas, la hora de comer (prudente como siempre entre las 14:00-15:00), era un odisea. Aprendida la lección el primer día, optamos por adelantar el horario 13:00-14:00.
Me encanto el ambiente bohemio, el colorido de sus calles y sus casas. Las vistas desde el Puente I me fascinaron y el recorrido por el Rio Duero repleto de gente, puestos de artesanía, bares, se tornaba realmente encantador. Es increíble como una ciudad tan "desordenada" y llena de contrastes puede llegar a desprender tanta magia. Cierto es que Portugal es un país muy antiguo, por lo que sus rincones, su luz, sus calles, sus tranvías, su metro, la ropa tendida en la ventanas.... son parte imprescindible de su decorado. Lo cerca y accesible que tenemos este país y como puede llegar a cambiar tanto una cultura.
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